La alimentación equilibrada, o también conocida como alimentación saludable, es aquella que permite mantener un estado de salud óptimo y nos aporta los nutrientes y energía necesarios para poder realizar las distintas actividades del día a día.
Pero además es muy importante tener en cuenta que una
alimentación equilibrada no sólo se basa en los valores nutricionales, sino que
también está relacionado con el ámbito social y cultural. Por ejemplo, en
España nos encanta celebrar todos los acontecimientos preparando alguna comida
especial, yendo a un restaurante que nos guste…
Ni que decir de las diferentes “manías alimentarias” que
existen en las familias y son tan distintas de unas a otras: que si unos necesitan
primer y segundo plato mientras que otros prefieren tenerlo todo junto en un
plato, que si la tortilla con o sin cebolla, la fruta de postre o entre horas….
Todo esto se encuentra dentro de la definición de alimentación
equilibrada, ya que no importa tanto si cambiamos determinadas recetas según
los gustos de las personas, sino que es más importante la elección adecuada de
los alimentos.
Por lo tanto, la dieta equilibrada debe ser nutritiva,
aportándonos todos los nutrientes y energía que necesitamos, pero además debe
ser palatable, que disfrutemos de esa comida. Además, hoy en día es necesario
tener en cuenta la cantidad de enfermedades (cardiovasculares, obesidad,
diabetes, etc) que sufre la población debido al exceso o un consumo
desequilibrado de determinados alimentos por lo que además la alimentación
equilibrada nos debe ayudar a prevenir esas enfermedades crónicas.
En mi opinión, cocinar los alimentos y después disfrutar comiendo es algo muy satisfactorio y que nos hace sentir bien, sobre todo cuando lo hacemos con los amigos o la familia. Pero hay que saber qué escogemos para que nuestra alimentación sea equilibrada.
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